martes, 30 de diciembre de 2008

Tu y Yo

En el insomnio de mi vida,
con cada paso medio dormido
que he dado sin descanso
en mis errores, cada tropiezo
que no deja que mi alma descanse
ha sido nada..., realmente nada.
Junto a la felicidad de este sueño
que tu me brindas en el país
nuestro de nunca jamas, donde
cada beso es eterno, donde tu
mirada se pierde con mi figura
y mi corazón se llena de alegría,
cuando no dejamos de vernos
un solo día, y mas aun cuando
despierto a la realidad y sigues
ahí a mi lado como en mi sueños.

Justificando(me)

Cada artista tiene en su haber pinturas, lienzos, caballetes, cuñas, navajas, puntas, incluso sus propias manos se convierten en las herramientas que transfiguran sus ideas y sentimientos en las obras que vemos a diario. Cada artista convierte el mundo a su alrededor en una fina pieza de pintura, escultura, cerámica, música, cada pieza u obra de arte es transfigurada en su mente y con sus utensilios plasmada en la realidad en que vivimos y aplicable en la dimensión en la vive cada persona.

Cada dimensión, cada partícula de realidad que define a una persona es la variable que altera la obra del artista, cuando se mueve en una dimensión diferente a la original. Un escritor dicen que es un artista, sus herramientas son efímeras y el viento vuela con ellas cuando solo son pronunciadas, y no son plasmadas en el papel y tinta de la realidad y dimensión de quien las lee. Por eso el viento es mi compañero, el viento es el medio y tu oído mi objetivo, el oído de la humanidad que se sumerge en los medios mas efímeros del conocimiento, en la volatilidad de la razón y en la dureza de los sentimientos, es esa humanidad la que mis palabras, invento de la misma, intentan tocar cada partícula de realidad que define a esa persona que lo escucha y que lo siente en cada nervio de su materia.

Pero no importa cuales sean las herramientas, utensilios o viento que acompañe al artista, siempre hay algo mas grande, algo mas constante, algo, simplemente algo y ocasiones un alguien que inspira, esos hermosos sentimientos y sensaciones que transmite el artista. Eso es lo que quiero que sepas tu, humanidad, gente que trata de entender y sentir en un mundo demasiado real, demasiado científico, que el arte surge y muere en el inicio y en el final, empieza por algo o alguien, y ha ese algo o alguien le es devuelto la obra terminada. Hoy tu, como me gusta decirte, musa, musa de la musica y de las artes que toca cada partícula de mi realidad, eres tu la consecuencia y la causa de cada arte que mi alma crea pensando en ti, simplemente en ti.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Mi Autor Favorito


(Boston, EE UU, 1809-Baltimore, id., 1849) Poeta, cuentista y crítico estadounidense. Sus padres, actores de teatro itinerantes, murieron cuando él era todavía un niño. Edgar Allan Poe fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y de 1815 a 1820 vivió con éste y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación.

Después de regresar a Estados Unidos, Edgar Allan Poe siguió estudiando en centros privados y asistió a la Universidad de Virginia, pero en 1827 su afición al juego y a la bebida le acarreó la expulsión. Abandonó poco después el puesto de empleado que le había asignado su padre adoptivo, y viajó a Boston, donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (Tamerlane and Other Poems, 1827).

Se alistó luego en el ejército, en el que permaneció dos años. En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y obtuvo, por influencia de su padre adoptivo, un cargo en la Academia Militar de West Point, de la que a los pocos meses fue expulsado por negligencia en el cumplimiento del deber.

En 1832, y después de la publicación de su tercer libro, Poemas (Poems by Edgar Allan Poe, 1831), se desplazó a Baltimore, donde contrajo matrimonio con su jovencísima prima Virginia Clem, que contaba sólo catorce años de edad. Por esta época entró como redactor en el periódico Southern Baltimore Messenger, y más tarde en varias revistas en Filadelfia y Nueva York, ciudad en la que se había instalado con su esposa en 1837.

Su labor como crítico literario incisivo y a menudo escandaloso le granjeó cierta notoriedad, y sus originales apreciaciones acerca del cuento y de la naturaleza de la poesía no dejarían de ganar influencia con el tiempo. La larga enfermedad de su esposa convirtió su matrimonio en una experiencia amarga; cuando ella murió, en 1847, se agravó su tendencia al alcoholismo y al consumo de drogas, según testimonio de sus contemporáneos. Ambas fueron, con toda probabilidad, la causa de su muerte.

La obra de Edgar Allan Poe

Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión. Las campanas (The Bells, 1849), que evoca constantemente sonidos metálicos, Ulalume (1831) y Annabel Lee (1849) manifiestan idéntico virtuosismo.

Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.

Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (Tales of the Grotesque and Arabesque, 1840), aunque hubo nuevas recopilaciones de narraciones suyas en 1843 y 1845, la mayoría se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror; buen ejemplo de ello es La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher). Su cuento Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue) se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca. Destaca también su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym), de crudo realismo y en la que reaparecen numerosos elementos de sus cuentos. La obra de Poe influyó notablemente en los simbolistas franceses, en especial en Charles Baudelaire, quien lo dio a conocer en Europa.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Solo un día

Tus ojos atraparon mi figura,
Tus labios mis palabras,
y tu esencia mi corazón.
Eres la bella princesa que
mis sueños imaginaron, si bien
las palabras fueron el invento
de alguna loco enamorado que quiso
que el tiempo supiera los sentimientos
que llenan de felicidad a un corazón
humano, hoy eres tu y no un
sentimiento quien llena de felicidad
este (mi) corazón humano.

Este es el primer verso después del primer beso, después del primer mes, me has tenido muy ocupado pensando en aquel día como para escribir hermosos versos que hablen solo de ti. Gracias Diana

sábado, 6 de diciembre de 2008

Solo Ámame

Mujer mira en mi interior
Siente este corazón que desgarrado
ya no cree en la ilusión,
que hasta el día de hoy vive
en mi interior esperando tener
tu corazón entre mis labios y
tu alma entre mis brazos,
y lloro triste observando el destino
que he encontrado y lo que he
buscado, por favor rescátame
de este infierno, miénteme, dime
que la esperanza aun vive que
dios aun no me ha dejado y que tu
me amas como yo a ti antes de caer
en esta depresión viviendo en
el olvido, dime que me amas,
miénteme, para que vuelva de
la muerte a la vida solo dime,
solo miénteme, SOLO ÁMAME.

Esto es lo un pequeño recuerdo de mis traumas y escritos pasados, pero solo por ser pasados no implica que no los recuerde, y siendo uno de los que mas fama me han dado pues he decidido rescatarlo y colocarlo por aquí, de antemano gracias por sus comentarios.

Dos Puntos

Mónica Lavin

Sedúceme con tus comas, con tus caricias espaciadas, tu aliento respirable y tus atrevimientos continuos; colócame el punto y coma para cambiarlas caricias por largos besos y frases susurrados boca a boca. Has un punto y seguido para desatarme de mi y contemplar mi desnudes sobre la cama, ahora interrumpe con guiones para soltar un halago sobre mi cuerpo y su huella en el tuyo; recorrer con la mirada el detalle y el hundimiento en la cintura, el ascenso en tu cadera, la larga prolongación de tus piernas rematadas por un pie que no resistes besar. Envisteme sin mi rechazo y torturame con la altivez de tu deseo arrastrándome muy lejos (al borde del abismo entre paréntesis y sin comas por favor), ahora desenvaina tus puntos suspensivos ... -maldito trío de puntos- ese espacio sin nombre no se alcanza.

Un punto y aparte para calmar el temblor de mi cuerpo y sonreírte al tiempo que me das de beber del vino espumoso en una copa. Borro mis interrogantes. Toda una antesala para retomar tus comas y relajarme la humedad de tu boca y la suavidad de tu respiración en mis orejas, cuello, nuca, hombros. Atacar con puntos y comas nuevamente para buscar con tu dedo un clítoris congestionado. Pasar tu lengua entre esos labios escondidos y saborear mis secreciones -robármelas entre guiones- y atizar de nuevo en mi cuerpo ardiente, ocupándola, sosteniendo el ascenso ¡inminente!. Con signos de exclamación, la eyaculación inevitable... hasta acabar con los puntos suspensivos y vaciarte todo sobre mi, desplomarte extenuado, aliviado y amoroso en mi cuerpo complacido.

De nuevo un punto y aparte para dormir sobre mi pecho y poner un punto final al entrecomillado “acto” que en este caso si es un hecho amoroso sin ningún visto de actuación.

Si estoy equivocado, felicito a tu dominio de la puntuación.

Punto final.

Es este un escrito que un joven estudiante de la UNAM me proporciono en uno de sus tantos viajes a través de los caminos de esta bulliciosa ciudad, gracias! Y espero les haya gustado tanto como a mi.